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Hamid Aboutalebi, subjefe del gabinete del presidente iraní, planteó en un reciente tuit las condiciones que harían posible el posible regreso de Teherán a la mesa de negociaciones con EE.UU.

"Respetar a la gran nación de Irán, reducir las hostilidades y que EE.UU. retorne al acuerdo nuclear ... [esto es lo que se requiere] para facilitar este camino desafiante al que nos enfrentamos hoy", reza la publicación de Aboutalebi.

Se trata de la primera reacción oficial de la parte iraní a la declaración del presidente de EE.UU., Donald Trump, quien este lunes anunció que estaba dispuesto a reunirse con los líderes de Irán sin condiciones previas "en cuanto ellos deseen".

"Estoy dispuesto a reunirme con quien sea", ha contestado Trump durante la rueda de prensa a la pregunta de si está dispuesto a encontrarse con el presidente iraní, Hasán Rohaní. "Creo en las reuniones. Estoy dispuesto a reunirme con ellos [los líderes de Irán] en cuanto deseen", ha asegurado Trump. "Sin ninguna condición previa. Si quieren reunirse, estoy dispuesto a hacerlo", ha sostenido el presidente de EE.UU. 

 

El pasado 21 de junio, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, declaró ante funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Islámica que "las negociaciones con EE.UU. son inútiles".

"Anteriormente señalé que no se pueden confiar en las palabras o incluso en las firmas de los estadounidenses; por lo tanto, las negociaciones con EE.UU. son inútiles", ha sostenido el ayatolá. "La suposición de que las negociaciones o el establecimiento de vínculos con EE.UU. resolverían los problemas del país es un error obvio", aseveró.

Las tensiones entre Teherán y Washington se agravaron después de que el mayo pasado Trump anunciara la retirada del país estadounidense del denominado Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés). El acuerdo fue firmado en 2015 por Irán y el Grupo 5+1 (Reino Unido, China, Francia, Rusia, EE.UU. y Alemania) y estipuló el levantamiento de una serie de sanciones contra la República Islámica a cambio de su compromiso de no desarrollar ni adquirir armas nucleares.

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El misterioso profeta bíblico reconocido por su impecable descripción acerca de la exposición a la radicación atómica en humanos, escribió su profecía aproximadamente entre los 480 y 470 a. C. Mientras que la Primer Bomba Atómica "Trinity" creada por EE.UU. fue en 1945 d. C. Estamos hablando de una abismal diferencia de más de 2,400 años previo a su descubrimiento.

 

El Profeta Atómico de la Biblia es Zacarías, cuyo nombre significa "YHVH Recuerda". Al leer su profecía, claramente podemos interpretar que las consecuencias sufridas vendrán sobre "todas" las naciones que hicieron guerra contra Jerusalén:

 

Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca. Y acontecerá en aquel día que habrá entre ellos gran pánico enviado por Jehová; y trabará cada uno de la mano de su compañero, y levantará su mano contra la mano de su compañero. Y Judá también peleará en Jerusalén. Y serán reunidas las riquezas de todas las naciones de alrededor: oro y plata, y ropas de vestir, en gran abundancia. Así también será la plaga de los caballos, de los mulos, de los camellos, de los asnos, y de todas las bestias que estuvieren en aquellos campamentos. Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos. (Zacarías 14:12-16).  Y el apóstol Juan, hace mas de 2,000 años escribió en el libro del Apocalipsis: "Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre…", (Apocalipsis 9:18).

  

La referencia principal a las plagas en la Biblia se encuentran en Exodo 7:1-13:15, Deuteronomio 4:34; 7:19; 11:3; Jeremias 32:30; Salmos 78; 105.  Pablo usó el tema de las plagas para enfatizar la soberanía de Dios al endurecer el corazón de Faraón (Romanos 9:17,18). Las plagas del libro de Apocalipsis reflejan influencia del Antiguo Testamento (Apocalipsis 8:16)

¿Quién podría objetar que estas profecías tan exactas describen las características de una explosión nuclear? Con cientos de años de anticipación la Biblia profetizaba la manera como la humanidad sería destruida.

 

Pero analicemos esta era nuclear a la que el mundo entró precisamente en este siglo de descubrimientos científicos y avances tecnológicos, pues después de 18 siglos de usar armas rudimentarias, somos la primera generación capaz de destruirnos con las armas nucleares que existen actualmente en el mundo.

En 1940 tres físicos de nombres: Enrico Fermi, Leo Szilard y Eugenio Wegner, trabajaban en la universidad de Chicago, (E.U) cuando, después de muchos experimentos, pudieron dividir el átomo confirmando la teoría del científico Alberto Einstein (E=MC2).  Esta división del átomo causó la multiplicación de la energía equivalente a… ¡seis millones por uno!

Este nuevo descubrimiento no comenzó una nueva época de abundancia y beneficio mundial, sino… ¡de terror!  La primera bomba atómica fue construida con uranio 235 y plutonio 239 y fue explotada a las 5:30 a.m. el día 16 de julio de 1945, en la base militar de Alamogordo, a 200 kms. De Alburquerque, Nuevo México.

La segunda bomba atómica fue soltada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, el día 6 de agosto de 1945, y contenía 13,000 toneladas de dinamita.  Esta mató instantáneamente a 66 mil japoneses e hirió mortalmente a 70 mil personas.  El 70 % de los edificios fueron destruidos.

La tercera bomba atómica fue soltada sobre otra ciudad japonesa llamada Nagasaki el día 9 de agosto de 1945. Más de 40 mil personas murieron instantáneamente.  Su carne se corrompió en instantes y las cuencas de sus ojos se consumieron en fracciones de segundos además de lo cual "la lengua se les deshizo en su boza, tal como la profecía lo describiera hace 2,520 años.

En 1950 se fabricó la primera bomba de hidrógeno o termonuclear de un megatón de potencia (cada megatón equivale a un millón de toneladas de dinamita).  Las radiaciones de la bomba atómica producen tres clases de rayos: infrarrojos, ultravioletas y gamma, los cuales producen quemaduras de segundo y tercer grado a una distancia de 25 kms. Del punto cero.  ¿Qué paso después del año 1950?

 

1 de noviembre de 1952 E. U. explota la bomba de hidrógeno.

12 de agosto de 1953 Rusia explota también otra bomba de hidrógeno.

15 de mayo de 1957 Gran Bretaña explota su primera bomba atómica.

13 de febrero de 1960 Francia explota su primera bomba atómica.

16 de Octubre de 1964 China explota su bomba atómica

El Instituto para la investigación de la Paz, en Estocolmo, Suecia, informa que existen reservadas para cada habitante de este planeta el equivalente a ¡15 toneladas de dinamita! 

 

En Rusia existen más de un millón de personas involucradas en la investigación de armas nucleares.  El proyectil norteamericano "Mark 12-A", contiene el equivalente en fuerza explosiva a 335,000 toneladas de dinamita, recordemos que la bomba soltada en Hiroshima y Nagasaki contenía sólo 13,000 toneladas de dinamita.  La carga nuclear del "Titan II", tiene el poder explosivo de 9 millones de toneladas de dinamita.  Según la ONU, en 1990, los militares de las naciones desarrolladas fueron de 750,000 millones de dólares (1.4 millones por minuto).

Pero desde entonces los arsenales de esas armas devastadoras han crecido inmensamente en poder, complejidad y versatilidad. Hoy hay ojivas atómicas que pueden ser lanzadas en misiles desde tierra, mar y aire, o como bombas desde aviones, y que tienen diversos grados de capacidad destructiva (aunque en sí todas sean armas letales y capaces de producir, literalmente, un infierno).

Hoy, sin embargo, el mundo tiene experiencia en lo que significa una explosión atómica. Desde 1945, se han llevado cabo 2.045 ensayos nucleares. El mayor de ellos fue el de la bomba denominada, paradójicamente, 'Zar', detonada por la URSS sobre el archipiélago de Nueva Zembla, en el Ártico, con una potencia aproximadamente equivalente a 1.500 veces la de Hiroshima.

Hoy el mundo tiene unas 15.695 cabezas nucleares aunque la cifra exacta es imposible de determinar, según el Centro Ploughshares, una organización sin ánimo de lucro contra la proliferación nuclear dirigida por el experto en armas atómicas Joseph Cirinccione. Con 7.500, Rusia es el país con más cabezas atómicas, seguido de cerca por EEUU, con unas 7.100. Los últimos ensayos fueron llevados a cabo por Francia, India, Pakistán y Corea del Norte.

Se estima que cada una de las dos grandes potencias cuenta con alrededor de 1.800 bombas listas para ser lanzadas en cualquier momento. En cualquier caso, el número de cabezas atómicas es hoy menos del 25% del que había en el momento álgido de la Guerra Fría, a mediados de la década de los ochenta.

Hoy, al igual que entonces, el eje de la defensa nuclear de las grandes potencias no son los bombarderos o los misiles, a pesar de que éstos ocupan el centro de la imaginación popular, sino los submarinos nucleares, indetectables y que, en el caso de la clase Ohio de EEUU, pueden llevar cada uno más de 200 bombas de Hidrógeno, cada una de ellas con una potencia decenas --o cientos-- de veces superior a la de Hiroshima.Aunque, en el caso de EEUU, la clave del programa nuclear no es la potencia, sino la precisión.

Setenta años después de Hiroshima, el mundo se ha acostumbrado a dormir con una bomba atómica bajo la almohada. Las bombas nucleares ya forman parte de nuestra cultura. Las pruebas atómicas subterráneas de EEUU en la isla de Amchitka, en Alaska, que provocaron en 1971 el derrumbe de un acantilado en el que criaban miles de focas fueron el catalizador del nacimiento de Greenpeace. Una década y media más tarde, el presidente francés, François Mitterrand, ordenó hundir el barco 'Rainbow Warrior', de ese grupo ecologista, que estaba llevando a cabo una campaña contra las pruebas nucleares francesas en sus colonias en todo menos en el nombre en el Pacífico. La central de Chernóbil, que se fundió en la URSS en 1986, tenía entre sus cometidos fabricar bombas atómicas.

Barack Obama, el presidente que ha expresado su visión de un mundo sin armas nucleares, ha lanzado un ambicioso plan para modernizar el programa de defensa atómica de EEUU, que da empleo a 40.000 personas, y prevé que su país gaste 900.000 millones de euros(un billón de dólares) en las próximas tres décadas para ello. 

Entretanto, el debate nuclear sigue, ahora con Irán, y con el temor de que un grupo terrorista deslice un arma de este tipo en una gran ciudad, algo de lo que ya advirtió uno de los padres de la bomba atómica, Robert Oppenheimer. Mientras tanto, Rusia ha declarado que, si entra en guerra, no consideraría el uso de sus 7.500 bombas atómicas como un último recurso.

La política nuclear se ha convertido en politiqueo. Como parte de su política de rearme contra la Unión Soviética, Ronald Reagan ordenó construir los gigantescos misiles MX 10 bombas de hidrógeno cada uno, lo que significa que uno solo de esos misiles era miles de veces más destructivo que Hiroshima para que su sucesor, George H. W. Bush, los desmantelara cuando aún estaban nuevecitos.

Pero el mejor ejemplo del uso partidista de las armas nucleares son, precisamente, los 'Minuteman', unos misiles que se deben a la promesa electoral de John F. Kennedy en la campaña de 1960, de cerrar 'la brecha nuclear' entre la URSS y EEUU. Era una brecha que no existía. Pero el entonces presidente, Dwight D. Eisenhower no desmintió a Kennedy porque él no se presentaba a la reelección y no quería divulgar cifras que indicaran a Moscú que EEUU sabia con precisión cómo era el arsenal de la URSS. Kennedy ganó las elecciones. Y construyó los misiles. Unos misiles que seguirán apuntando a Rusia y a China hasta, al menos, 2040, cuando se cumplan 95 años de Hiroshima.

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